miércoles, 17 de marzo de 2010

El CONICET la tiene chiquita

A pesar de los esfuerzos puestos por CONICET en estimular la medición del impacto de las publicaciones científicas según los criterios dictados por el stablishment científico anglosajón, en esta pelea por quien la tiene más larga, CONICET pierde, incluso ante varias instituciones locales.

Impacto normalizado de Universidades y otros organismos (Cociente entre el impacto de la institución y el impacto mundial en las mismas disciplinas y en el mismo espacio de tiempo) Fuente: SCIMago.

Cold Spring Harbor Lab 3,09
MIT 2,51
Harvard 2,38
Stanford 2,24
Princeton 2,22
CalTech 2,18
Ucalifornia-Berkeley 2,07
Yale 1,96
Ucalifornia-San Diego 1,95
Ucalifornia-Davis 1,57
Oxford 1,89
Cambridge 1,88
Univ.Pompeu Fabra-Cataluña 1,81
Institut Pasteur-Lille 1,71
Institut Pasteur-Paris 1,66
Univ. de Barcelona 1,35
CNRS-FRANCIA 1,33
CONSEJO SUP. INV. ESPAÑA 1,32
CONSIGLIO NAR.RICERCA.ITAL 1,17
Univ. Complutense 1,07
Pontificia Unic.Catolica-Chile 1,13
Univ. de los Andes-Colombia 1,04
Univ. de Chile 0,98
Univ. de la Republica-Uruguay 0,96
CONEA-ARGENTINA 0,90
Univ. de Buenos Aires 0,86
Univ.Nac. de Rosario 0,86
Univ. Sao Paulo 0,85
Univ. de Campinas 0,85
Univ.Autonoma Mexico 0,84
Univ. de Rio Grande do sul 0,82
CONICET-ARGENTINA 0,80
Univ. Nac. Del Comahue 0,80
Univ. Nac. Córdoba 0,78
Univ.Nac.de Mar del Plata 0,77
IVIC-VENEZUELA 0,77
Univ. Austral de Chile 0,76
Univ.Nac.Centro.Prov.Bs.As. 0,72
Univ. Nac. De La Plata 0,71
Univ. Nac. Del Sur 0,67

Una mención, entre miles, de un científico, sobre la cuestión de los rating de la ciencia:
"Nunca hubo una política coherente de relevamiento taxonómico de la República Argentina. Es más: en este momento, la sistemática, la taxonomía, es la Cenicienta de la ciencia, es algo que hasta es medio mal visto y no da mucho puntaje. De hecho, las mejores revistas de publicación zoológica no tienen el mismo índice de impacto que puede tener una revista de neurociencia, por ejemplo. " En http://www.pagina12.com.ar/diario/ciencia/19-142146-2010-03-17.html


Me pregunto si los sueldos de la mayoría de los trabajadores de CONICET (investigadores, CPA, SINEP, contratados, becarios, tercerizados) tiene alguna relación con este bajo índice de impacto. Es una pena que estos índices no sean preparados por nuestros expertos locales, ni la calidad de las revistas científicas sea evaluada con los criterios que establecen las astrólogas de la institución de Conicet dedicada a ello. En ese caso, seguro que los trabajadores cobraríamos mucho más.

sábado, 6 de marzo de 2010

Allanamiento en la Biblioteca Gietz de CAICYT-CONICET



El jueves 4 de febrero de 2010 la biblioteca de CAICYT-CONICET fue allanada por su director que secuestró material bibliográfico que estaba en proceso de adquisición.

Aprovechando que la persona a cargo de la biblioteca no se encontraba en ese preciso momento, el director interino de CAICYT, Magister Jorge Atrio ingresó a la biblioteca y se llevó una treintena de libros que estaban en proceso de adquisición, llevándoselos a su oficina.
El compañero bibliotecario, casualmente delegado de ATE, se encontraba realizando tareas gremiales. Todo parece indicar que Magister Atrio, ni bien se enteró que este compañero se había ausentado temporariamente, se dirigió a la biblioteca con el expreso fin de llevarse los libros.
Según refirieron distintas fuentes a este corresponsal, el director interino dio muy distintas explicaciones para justificar su actitud. Mientras a unos les decía que la temática del material secuestrado no correspondía a lo que la biblioteca debería coleccionar, a otros les confesó que el problema es que se trataba de obras "de izquierda". Finalmente, adujo razones administrativas para justificar el avasallamiento al personal profesional de la institución.
Gracias a la movilización de los compañeros y a la intervención de ATE, se pudo dar marcha atrás a la idea de Magister Atrio de devolver los libros y evitar, entre otras cosas, la ira de los proveedores, a los que se les había confirmado la compra.
No obstante, y a pesar de sus escritos críticos con respecto a la burocracia estatal, que ya hemos referido en estas páginas, Magister Atrio estableció un sistema burocrático complicadísimo para las siguientes compras de libros, que deberán tener 8 o 9 controles antes de efectivizarse. Por su supuesto, el primer control le corresponde a él mismo: derecho de pernada sobre los libros.
Los compañeros de CAICYT, más allá de la natural indignación, no alzanzan a comprender el sentido de esta medida. Tal vez la explicación es que Magister Atrio necesita reforzar su autoridad, teniendo en cuenta que es tan sólo un contratado, que no tiene idoneidad en ninguna especialidad y que entró con la sola protección de ya saben quien: cosas que suceden cuando en una institución mafiosa se les da poder a los mediocres.

Atrio y Piccone. De la Administración Pública a la Gerencia Pública


Me he tomado el trabajo de leer el artículo De la Administración Pública a la Gerencia Pública escrito por el director interino de CAICYT-CONICET, Jorge Atrio, junto con Sol Piccone. No es mi costumbre leer este tipo de artículos porque me aburren soberanamente, pero teniendo en cuenta que en este momento los trabajadores de CAICYT son algo así como los conejillos de indias de un futuro paper similar, me vi en la obligación de superar mi preconcepto y tratar de entender que hay detrás de la actual gestión del instituto.
Empezaré por un resumen de lo que se expone, luego haré un breve análisis de la ideología que se esconde atrás de este discurso, para finalmente ir al punto: las contradicciones entre la teoría expuesta y la práctica que han podido observar los trabajadores de CAICYT en su trabajo cotidiano.
Resumen del articulo
El artículo plantea, siguiendo a un investigador del tema, dos tipos de Estado, definidos por el modo de gestión que llevan a cabo.
1) Estado preburocrático. Este Estado “era susceptible de ser secuestrado por intereses políticos, económicos o sociales parciales y ajenos al interés general de toda la sociedad”. Sus características principales son "el clientelismo (otorgamiento de prebendas y privilegios a modo de retribución por la lealtad política) y el patrimonialismo (apropiación de los cargos del Estado para beneficio de los intereses particulares del gobernante y/o de su grupo)."
"Este modelo de Estado representaba un obstáculo para el desarrollo del capitalismo liberal y la emergente sociedad industrial que empezaba a demandar una determinada racionalidad técnica. "
2) Estado racional-normativo o burocrático. Se caracteriza por "la incorporación de una fuerte racionalización de la organización y del funcionamiento del Estado." y por "la distinción y separación entre actividades del Estado que obedecen a una racionalidad netamente política (función de liderazgo) de aquellas que deben ser ejecutadas bajo una racionalidad predominantemente técnica (función de la burocracia profesional)". Utiliza como herramientas "la planificación, el establecimiento de prioridades y de estrategias con objetivos claros".
Su punto débil es "la rigidez orgánica, la inflexibilidad funcional, el aumento desmedido de funcionarios, la asimetría de responsabilidades y una marcada reducción en la capacidad de respuesta del Estado frente a las necesidades de la ciudadanía".
Este modelo permite "un nuevo tipo de secuestro del Estado, el 'secuestro interno' por parte de los tecnócratas"

El Estado burocrático fue duramente criticado por el neolibealismo de los años 90, que, en cambio, plantea una "máxima reducción del Estado" y "la implantación de técnicas gerenciales privadas sin ningún tipo de adaptación crítica al contexto de la administración pública".
Los autores concluyen que "las reformas de los años noventa no tuvieron otro resultado que la profundización de las problemáticas sociales, el desempleo, la desarticulación de las capacidades de control estatal, la falta de transparencia y la imposibilidad de competir con el sector privado. El cuadro de situación resultante parecía favorecer más a la reinstalación del 'secuestro externo', característico de la etapa preburocrática"

El objetivo del artículo es plantear un transición entre estos modelos de Estado basados en la noción de Administración Pública, hacia un nuevo tipo de Estado al que llaman Estado Gerencial.
Esta transición se puede definir resumidamente con esta cita: "se pasó de una estructura basada en normas centralizadas a otra sustentada en la responsabilidad de los administradores, avalados por los resultados efectivamente producidos"
Algunas de las palabras claves que podrían definir a este estado gerencial son: Meritocracia (premios y castigos), Dirección por objetivos, Gestión gerencial por competencias y resultados y no por carrera administrativa, Descentralización.
Plantea que estos cambios no deben ser abruptos, sino graduales, y que deben atender a los "aspectos culturales propios de cada institución".
En cuanto a qué población tiene como objetivo -en contraposición al estado burocrático, que pone como objetivo al ciudadano- el modelo gerencial propone al 'cliente publico'. Este 'cliente público' es definido así: "El cliente, quien demanda, no es el funcionario público, sino la institución para la que trabaja".
Finalmente analiza el modelo de administracion de CONICET, al que ve como tendiente al modelo gerencial. En esta institución ve como una gran ventaja que "posee una característica importante: tener una conducción representativa de su comunidad". "Este rasgo, propio de un modelo posburocrático descentralizado, asegura la inclusión de los intereses de quienes son los primeros destinatarios de la gestión, sus investigadores".
Otro característica del modelo gerencial aplicado a CONICET es la "diferenciación de las tareas netamente científicas respecto de las funciones de gestión administrativa".
Plantea como desafio "el establecimiento de reglas claras y la amplia difusión previa (posibilidad para sumarse) y posterior (a quién se premió y por qué)".
La prioridad debe ser "la búsqueda de resultados que satisfagan a ese cliente público que el paradigma gerencial tiene como población objetivo".

Análisis ideológico-filosófico mínimo
Este artículo podría etiquetarse de 'estructuralista', en el sentido de que considera el Estado como una estructura con una dinámica propia, que debe ser gestionado sólo en función de su lógica interna sin tener en cuenta las interrelaciones con el resto de la sociedad. Los actores sociales parecen ser entidades biológicas con necesidades claramente establecidas en un origen no definido, que no puede ser sino mítico, pues no hay historia de una sociedad naturalizada. Esta operación reduccionista permite desligar la administración del Estado de la política, e incluso la política misma, pues ésta sólo debe atender demandas eternamente iguales a sí mismas.
No obstante, se admite un alto dinamismo social, evidenciado en el permanente uso de un sospechoso comodín: la palabra 'moderno', como cuando habla de "las modernas tecnologías de gestión" (tecnología, otro comodín) o cuando plantea " la necesidad de insertarse en una nueva sociedad basada en el conocimiento, la comunicación ...". De esto se concluye que el único actor social provisto de dinamismo es aquel que produce los avances tecnológicos.
Ahora, bien: sabemos dónde y para qué se gestan esos cambios tecnológicos, que tanto 'derrame' han prometido y tanta hambre y pobreza han causado.
Además, ese 'cliente público' -igualado a la institución- que reemplaza al ciudadano (destinatario del anterior modelo) refuerza patológicamente esta visión asocial. La institución no trabaja para la sociedad, para el pueblo, para personas concretas, sino para la institución, es decir, para sí misma. La estratificación en clases de esa sociedad es olímpicamente ignorada. De la misma forma, se ignora la existencia de estamentos en la estructura de CONICET: Este "modelo posburocrático descentralizado asegura la inclusión de los intereses de quienes son los primeros destinatarios de la gestión, sus investigadores". El resto de los trabajadores de CONICET ni siquiera están excluidos, simplemente no existen. ¿No es patético que una afirmación como esta provenga de alguien que es apenas un contratado?
Hay que admitir que cuando realiza una crítica al Estado neoliberal menciona la existencia de otros actores sociales y utiliza términos que permiten sacar patente de progre como "profundización de las problemáticas sociales". Sin embargo, cuando dice que su modelo gerencial debe generar "los espacios necesarios para la reconversión de los recursos humanos" se aclara cual es la concepción de lo humano que subyace en este artículo: "recursos", como los muebles, las máquinas, que deben ser "reconvertidos" ... para que no se vuelvan obsoletos, diría su maestro. El mismo análisis se puede hacer con el término "tecnologías de gestión". Los gestores y los "gestionados" no son personas, son componentes de una tecnología, engranajes de una maquinaria.


Hechos, no palabras
Independientemente de la ideología que desnuda el trabajo, veamos cómo es posible actuar exactamente en el sentido opuesto a la que el artículo proclama.
Una de las características principales del modelo gerencial es la meritocracia como alternativa a la rigidez de los escalafones burocráticos.
¿Se está promoviendo un sistema meritocrático en el CAICYT?
En definitiva, todo sistema de poder es meritocrático, la diferencia está en qué se considera meritorio. Un sistema de poder basado en la delación, por ejemplo, hará que asciendan los delatores y que queden abajo los delatados. Pero supongamos que en el caso de CAICYT se entiende por mérito las competencias profesionales y su aplicación en las tareas correspondientes.
¿Cuál es el mérito de los empleados que entraron a dedo -el grueso dedo de Mario Albornoz- y que siguen ocupando lugares de privilegio, tanto por su poder como por sus honorarios, que duplican a los de los otros trabajadores? ¿Qué actividad profesional han realizado que no haya sido gestada por su padrino? Porque, aclaremos, su posición de privilegio en la institución fue establecida desde un principio, y no como un mecanismo de premio y castigo.
Podría objetarse, más allá de este origen espurio, que -una vez que han ocupado por una acción arbitraria sus lugares de privilegio- se han desempeñado eficientemente. Ante esto, sólo puedo responder que no sé si lo han hecho, pues la tarea de estos personajes no siempre ha sido clara. Una de las críticas que se hace en el artículo a la gestión burocrática es que "un amplio margen de empleados de la Administración Pública Central observan que los niveles de dirección no expresan en forma pública sus objetivos y que la información sólo se difunde en los círculos de confianza". Precisamente es lo que ha hecho todos estos años el anterior director de CAICYT, y parece ser la política del actual director interino: no sabemos exactamente qué hacen, de qué medios disponen, cuánto cobran, etc.
La palabra transparencia figura ocho veces en el artículo, sea para criticar la falta de ella en otros modelos, sea para establecerla como una cualidad a privilegiar en el modelo propuesto. Sin embargo, si ha habido gestión opaca en el CAICYT ha sido la del mentor del actual director interino. Pero siempre se puede estar peor. Además de su círculo aúlico, Albornoz tenía para su servicio personal a alguien de planta con escalafón jerárquico, Beatriz Calleja. Más allá de que el único mérito en toda la vida profesional de esta persona fue acosar a sus propios compañeros, este aspecto de la gestión era transparente, en el sentido de que los trabajadores sabían quién era la que los mandaba, que lugar ocupaba, cuanto ganaba. En cambio, ¿quién es Sol Piconne, que hasta tiene oficina propia en el Caicyt? Aparte de ser coautora del director interino, ¿a qué se dedica? ¿Cuál es su profesión? ¿Hasta dónde llega su idoneidad? ¿Cuánto gana? ¿Cual es su tarea en la institución? Nada de esto ha sido comunicado a los trabajadores del CAICYT.
Pero volviendo al tema de la meritocracia, veamos cómo se la ensalza en el artículo: "será preciso utilizar mecanismos de reclutamiento meritocráticos tratando así de no caer nuevamente en los sistemas de ‘patronazgo’ o de ‘confianza’" .
¿Cómo se puede instaurar un sistema meritocrático cuando la cabeza, el que debe llevarlo a cabo, ha entrado a dedo? (El mismo grueso dedo, el del patrón, el que ha dado su confianza) ¿Habrá hecho méritos en Conicet central y tiene ahora su merecido lugar? Los compañeros de Conicet lo conocen como 'powerpoint', porque ante cualquier problema propone hacer una presentación con ese programa. Además, se sospecha que es quien se oculta con el nombre de Fernando Bono, para publicar un blog que despotrica contra CONICET, pues mientras ataca a muchos gerentes y personajones de CONICET, nunca aparecen en su blog los nombres de Mario Albornoz ni Jorge Atrio y hasta fue mesurado al tratar el caso de Beatriz Calleja. En cambio, los ataques a los enemigos de Atrio, como Arleo, son constantes. Más allá de todo esto, los trabajadores de CAICYT, según me cuentan, ya tienen elementos de juicio para sospechar qué tipo de méritos lo han llevado a su posición actual: control policial de horarios y asistencia, vigilancia de las tareas (aunque no entienda cómo y para qué se realizan), pedido de más personal para sus áreas adictas y despidos en las otras, comisión de tareas inutiles (pedir informes que nunca se leen), etc. Todo este sistema de disciplinamiento y control ni siquiera es sostenido en forma igualitaria: los aduladores siguen siendo los favoritos y estas medidas de control no les caben. La mayoría de ellos no cumple horario y no vienen todos los días.
A todo esto, el director interino también sucumbe, igual que su mentor, a los aduladores de planta, esta especie que como estrategia de supervivencia ha desarrollado la habilidad de ofrecerse como verdugos.


Los modernos
Cuando Mario Albornoz tomó el poder en CAICYT (de qué otra forma decirlo, si también entró a dedo) se apareció con sus tres esbirros: Jorge Atrio, Rodolfo Barrere y Lautaro Matas. El primero se quedó en Conicet central, esperando su momento. Sobre el segundo poco me han podido decir; parece que nunca emite opinión, no se sabe qué sabe, ni se sabe bien quién es, aunque su lugar favorito durante la gestión de Albornoz era al lado de su padrino. A Lautaro Matas también se lo veía sentado siempre al lado del jefe, viajando juntos en auto de una propiedad a otra, de CAICYT a REDES. Este personaje, conocido como 'overhead' por el excesivo y ridículo abuso de palabras en inglés en su habla, ha ido copando toda lo que tenga que ver con informática en CAICYT.
Se presentan como gente eficiente, productiva, indiferente a toda idea política (y a toda idea en general). Su única ética es la corrección política; son el ideal de los noventa que vuelve. Apenas pueden disimular su asco por el Estado y los empleados estatales. Ello sí son auténticos recursos humanos; los jefes pueden recurrir a ellos para lo que necesiten y van adelante sin pensar más en el asunto. No sabemos si han sido reconvertidos, o nacieron así, pero poco importa. Cuando hay una asamblea, el jefe se entera antes que nadie gracias a ellos, cualquier mail que pueda interesar al jefe, le llega gracia a ellos. También se ocupan por sí mismos de "reconvertir recursos humanos": Matas se encargó pacientemente de hacer que la oficina que estuvo a su cargo trabaje bien a su estilo: compañeros que nunca van a una asamblea, que no se mosquean si se planea hechar a un compañero (como más de una vez le ha solicitado el susodicho al jefe), en fin, gente que entre sus valores "éticos" no tiene a la solidaridad, pero sí a la corrección política, el buen modo y el respeto a las jerarquías.
Vamos viendo qué consideran mérito estos personajes; veamos como lo expresa Jorge "Powerpoint" Atrio en su artículo.
"no es conveniente (para la transición al modelo gerencial) atar sus tiempos a los de una gestión política". Se entiende porque ninguno de ellos ha expresado públicamente ninguna opinión política: No hay política, no hay ideas, hay poder. La frase que repite hasta el hartazgo Lautaro Matas en sus presentaciones -"servir a la toma de decisiones"- debe traducirse entonces como "ser sirviente del poder de turno".
"Debe haber una conducción técnico-profesional estable e idónea". Así se ven ellos. Estables sí, sin duda: estables como garrapatas. Pero la idoneidad no puede ser avalada por una única persona. Se entiende también su desprecio por la rigidez burocrática estatal que, entre otras cosas, les exigiría concursar sus cargos para que esta supuesta idoneidad quede demostrada públicamente.
En cuanto al resto de los trabajadores del CAICYT, como no les pueden sacar su estabilidad, pero son considerados obsoletos (a pesar de que muchos de ellos sí concursaron sus cargos) recurren a viejas técnicas: quitar responsabilidades, dejar áreas casi sin personal, reducir los espacios físicos, encargar tareas difíciles e inútiles, perseguir con argumentos reglamentaristas, no comunicar las decisiones, no explicitar las políticas, no dejar nada por escrito, arrinconar a la gente hasta que se vaya, se vuelva loca, se jubile anticipadamente o se muera de depresión.

Conclusión
La flagrante contradicción entre la teoría y la práctica, entre lo que se dice y lo que se hace ha quedado así plenamente demostrada. No hacía falta leer el paper, analizarlo, referir tanto detalle desagradable sobre gente a la que sería preferible poder olvidar. Todos los trabajadores del CAICYT han sido testigos de esta contradicción: lo poco que les ha dicho fue todo mentira. La prueba está en que nunca quieren dejar nada por escrito. Para escribir están los papers, amparados por el estricto lenguaje de la ciencia. Pero a la hora de actuar, todo vale.
En realidad, la práctica de la gestión pública que esta gente viene pergeñando consiste en lo peor de cada paradigma.
- Del paradigma pre-burocrático, el clientelismo (favorecer a los propios, estimular la delación para cooptar algunos ajenos) y el patrimonialismo (lentamente están copando la institución para su propio provecho).
- Del paradigma burocrático, el "sucuestro interno" de los tecnócratas. Ellos tienen secuestrado al Conicet, que depende de sus indicadores (palabra clave y santa, ya le dedicaremos más espacio) para administrar y distribuir fondos. Los indicadores son realizados casi exclusivamente por el personal adicto, que hasta tiene sus propios servidores para tal fin, a los que el resto del personal no puede acceder. El cumplimiento estricto de las reglamentaciones, pero sólo cuando les conviene y nunca aplicado a ellos mismos, es otra característica que toman prestada de este modelo.
- Del paradigma neoliberal, casi todo: el criterio productivista, el eficientismo, la flexibilización laboral, las "técnicas gerenciales privadas"; a CAICYT lo maneja REDES, no CONICET. Es lo que el artículo llama el "secuestro externo".
En cambio, ninguna de las características del modelo gerencial pueden observarse en la actual administración de Caicyt, ni parece haber ninguna medida tendiente a ello. No hay meritocracia, hay TREPOCRACIA, no hay transparencia, hay opacamiento de lo que ya es oscuro.
Estos tipos de "secuestro" del que habla el artículo deberían ser completados con un nuevo tipo: un secuestro extorsivo del que todos los trabajadores del CAICYT son víctimas, pues no sólo tienen secuestradas a las instituciones sino también a las personas. A los autores del artículo les propongo algunos nombres para que conceptualicen académicamente este tipo de secuestro: pan-secuestro, secuestro global, secuestro posneoliberal.
En cuanto a la "cracia" que realmente instauran, ya tiene un nombre: caquistocracia, el gobierno de los peores.